El cuerpo y la mente nos pide hacer eso que deseamos, pero algo, quizá una voz interior nos dice hacer lo contrario. Puede que un miedo interior nos retenga y nos haga dudar del rumbo a tomar, por lo que una indecisión constante nos invade. No tengo respuesta para ello, ni siquiera cuando me sucede sé que hacer. Solo sé que nos sobrecoge cierta incertidumbre y pasamos un rato un tanto entre un cierto nervio ligero y la duda constante. Nada que mejor evitar dichos momentos y tratar de disipar rápido las dudas sobre hacer algo que no estamos seguros de hacer… no tan a la ligera como en algunos casos bien podría hacerse, siempre con la cabeza bien puesta jajaja.