viernes, 3 de septiembre de 2010

Detenidos en el tiempo


A veces nos quedamos parados en el tiempo. No hablamos, no pensamos, no reimos, solo nos quedamos en silencio. Como si la vida se detuviera para nosotros, solo para nosotros. Todo gira a nuestro alrededor y nos encontramos ajenos, como si viviéramos por vivir. No hayamos sentido a nada, no queremos ni encontramos las ganas de hacer nada, solo quedarnos así, inertes mientras pasan los minutos y las horas. Sentimos que vagamos en el mar, quizá que caemos al vacio sin sentido.
Nada que hacemos parece relevante para el mundo, somos un punto más en el planeta, en ese instante queremos permanecer así, nos gusta al mismo tiempo que nos deprime. La mirada se vuelve densa, la melancolía arriba de cierta forma. Queremos estar solos por un instante, concentrarnos en eso que sentimos mientras nos mata por minutos. Las preguntas del momento tal vez son: ¿Qué hago aquí? ¿Qué haré ahora? ¿Qué será mi? Y al mismo tiempo el futuro, las horas venideras, se visualizan como una línea ilógica a seguir que nos lleva a quien sabe donde….
Nada, momentos que tenemos sin comprender el por qué o su significado.  Cosas de la vida, de la gente, del mundo. Simplemente otra de sus cosas…

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